viernes, 15 de marzo de 2013

MUJERES Y PODER EN LA SOCIEDAD MOCHICA TARDÍA


Mujeres y Poder en la Sociedad Mochica Tardía



Las sacerdotisas de San José de Moro son a la fecha las mujeres más ricas encontradas en contextos mochicas excavados por arqueólogos. Por riqueza nos referimos, obviamente a un término un tanto peligroso, ya que la concebimos como una expresión de la complejidad cuantitativa y cualitativa del ajuar funerario con el que fueron encontradas. Lo que hoy ponderamos como riqueza pudo no ser tal en el pasado, además de que no sabemos a ciencia cierta si esta riqueza en la muerte es una expresión de riqueza en la vida.

Cuando hablamos de mujeres de élite en el pasado debemos necesariamente preguntarnos de dónde procede su posición privilegiada y en última instancia cómo se gesta su poder. Si bien este es un tema que puede resultar excesivo para el registro arqueológico, creemos que una reflexión acerca de estos temas no es un ejercicio ocioso sino más bien una necesaria consideración acerca de los datos disponibles.

Tratando de definir el origen del poder de las mujeres que vivieron en las postrimerías del estado mochica en San José de Moro caemos en la cuenta que pudo generarse de diversas formas que parecerían corresponden a la lógica del desarrollo de la sociedad en su conjunto, y de las circunstancias particulares de esta región. El poder y la posición de las mujeres que analizamos pudo generarse por asociación, es decir porque una determinada mujer estuvo casada con, o fue madre de alguien en particular. Este poder está adscrito a la persona por cuanto su perfomance no deviene en mayor o menor poder, sino que se deriva sólo de la asociación con un individuo. Podemos deducir que un poder adscrito es independiente de la función que ocupa el individuo, por cuanto su mayor fuente de poder está dada por su asociación. Una reina es tal porque está casada con un monarca o por ser su madre, sus otras funciones son menores y limitadas comparadas con el poder que deviene de su asociación con el rey. Cuando llega la hora de su entierro es de esperarse que se enfaticen los rasgos que la acercan al monarca, es decir aquellos que la definen como reina.

Otra forma de generar poder es por adquisición, es decir por la función que una mujer ocupó durante su vida. En este caso lo que se enfatiza es la realización de uno o varios papeles. Las sacerdotisas fueron enterradas con una clara referencia a su función en el sistema ceremonial. Su poder, por lo tanto, no deviene de su origen o adscripción, sino de su función. Pensamos que el tránsito de un poder basado en sistemas de adscripción a uno basado en sistemas de adquisición, y de función, refleja una complejización de las performances que las mujeres debieron cumplir en la sociedad mochica.

Estos cambios son aún más significativos si consideramos que en el caso mochica se trata de una sociedad que estuvo transitando desde formas de organización propias del cacicazgo a formaciones estatales. En los cacicazgos el poder está basado en clanes cónicos o sistemas de linaje definidos por asociaciones de consanguinidad y proximidad con el gobernante. Una mujer definirá su posición en base a su parentesco con él y transmitirá su linaje a sus descendientes, su posición estará adscrita desde su nacimiento y poco podrá hacer por variarla.

En sociedades estatales, más grandes y complejas que las anteriores, si bien el poder se mantiene aún en manos de una pequeña minoría de individuos emparentados entre si, por su propia dimensión tiene que ser más inclusiva, atrayendo hacia la elite gobernante a individuos capaces. En los estados, un nuevo ingrediente aparece en la generación de la jerarquía social. Las funciones que ocupan los individuos son las que definen su posición.

En el caso mochica, las tumbas de las mujeres identificadas como la Sacerdotisa de la Ceremonia del Sacrificio nos otorgan información importante que nos sugiere una serie de posibilidades respecto a la posición social que podría haber cumplido alguien como ella dentro de esta sociedad. A juzgar por la información arqueológica de contexto con la que se cuenta en la actualidad, parece ser que estamos frente a un caso de incorporación a la elite gobernante de la sociedad mochica en sus fases tardías de una mujer o linaje de mujeres. En las fuentes del poder de éstas encontramos aspectos adscritos y adquiridos.
Tanto la arqueología como la iconografía mochica nos ofrecen un complejo y cambiante panorama en lo que se refiere al papel de la mujer a lo largo de su desarrollo. El examen minucioso de la documentación disponible nos permite abordar aspectos antes no considerados para períodos en los que pensábamos que este tipo de investigación estaba vedada. Es decir, que la arqueología puede aportar al estudio de la mujer en el pasado una profundidad cronológica, y por lo tanto los fundamentos de muchas de las condiciones que siglos después y ya maduras vemos a través de los documentos históricos y etnográficos. 

Luis Jaime Castillo Butters - Ulla Sarela Holmquist:
“MUJERES Y PODER EN LA SOCIEDAD MOCHICA TARDÍA