Las Líneas de Nazca y su Descubridora
Las grandes líneas y
figuras de Nazca se conocen desde 1926. Fueron ejecutadas sobre una superficie
aluviónica y desértica que se extiende sobre la Pampa de Huayurí hasta el valle
de Nazca. La mayor concentración de geoglifos está en las pampas de Jumana y
San José, y ocupa un área de más de 1000 kilómetros cuadrados.
El nombre de las líneas
de Nazca atañe por lo menos a cinco categorías diferentes de trazos y un número
mucho mayor de tipos. Los más llamativos son los geoglifos figurativos, que
representan figuras antropomorfas, animales y plantas. Su mayor concentración
en las pampas de San José. El segundo tipo se compone de formas geométricas
potencialmente figurativas, o en todo caso, remitentes a un significado por
medio de su forma: espirales, meandros, zigzags, etcétera. Trazos
trapezoidales, triangulares, rectangulares conforman el tercer tipo. El cuarto
tipo lo conforman las líneas angostas con un patrón de distribución radiante
desde un montículo ubicado en el centro. La quinta clase de geoglifos abarca
espacios barridos amorfos.
Desde fines de la
décadas de 1930, distintos investigadores empezaron a interesarse en el estudio
de los geoglifos de las pampas de Nazca. Uno de ellos Paul Kosok, sostuvo que
se trataba “del calendario de mayor escala en el mundo” y “el más grande libro
de astronomía del mundo”. En años posteriores, la alemana María Reiche
dedicaría gran parte de su vida al estudio y protección de las famosas líneas.
María Reiche, nacida en
Dresden, Alemania, matemática de profesión, consideró que la manera más
objetiva de intentar entender estas marcas
sin caer en especulaciones eran
tomando sus medidas y orientaciones, utilizando sus posiciones en el terreno y
las relaciones espaciales entre ellas. Supuso que la posición de cada línea y
la dirección que señala deberían tener algún significado. Por esto era
importante empezar por descubrir todas las líneas y registrarlas detalladamente
en mapas.
Varias de las líneas
señalarían los puntos de los cuales sale y se oculta el sol durante
determinados momentos del año. Estos momentos serían los solsticios y
equinoccios. Para un pueblo agricultor como el de la cultura Nazca, conocer
exactamente cuándo empezaban cada
estación era muy importante, ya que así
sabían cuándo sembrar, cuándo
cosechar y cuándo lloverá. María Reiche pensó que ciertas personas mantenían
estos conocimientos en secreto y así tenían poder sobre el pueblo.
El estudio, conservación
y difusión de las líneas de Nazca, fueron la motivación de María Reiche, a la
que dedicó parte de su vida. Gracias a sus gestiones ante las
autoridades, la comunidad científica y el público en general todavía
pueden contemplar los diseños de las
líneas de Nazca. María Reiche murió en Lima en 1998 y está enterrada en el
museo que lleva su nombre.
OBRAS ESCOGIDAS DE JOSÉ
ANTONIO DE BUSTO:
“PERÚ PREINCAICO”
Edit. El Comercio. Lima,
Perú 2013